Como muy a menudo suele ocurrirme, unos minutos antes de hoy sentarme a componer la contemplación de esta semana, no estaba del todo seguro acerca de qué tema exponer el día de la fecha. Diversos acontecimientos supieron darse esta semana, tanto a nivel mundial como individual e interno (en relación a los cuales tal vez elija hablar a futuro): a) los expansivos fuegos en la selva amazónica, b) el futuro de la comunicación digital (y cómo gradualmente se nos está preparando para que la información que eventualmente recibamos no presente ya opciones de búsqueda), c) el cómo a diario estamos más acostumbrados a convivir y dialogar con nuestra propia mente pero olvidamos el potencial de dialogar con Dios en nuestro corazón, d) las delicadísimas implicancias del pratistha y el no ser humildes, etc. Pese a que cada uno de estos temas se merecen una Contemplación Semanal (e incluso una contemplación de vidas y vidas), finalmente el tópico a compartir hoy ha sido otro: ¿qué significa rendición?
La idea para la presente publicación vino por sí sola esta mañana, mientras cantaba Sri Nama en mi japa-mala, en la forma de una frase muy clara y concreta: “rendición significa que deseo concientizarme de cada uno de los elementos que componen la meta última de mi vida para así, habiéndolos conocido en detalle, poderlos aceptar uno tras otro, VOLUNTARIAMENTE“. Pese a que este será solo uno de incontables abordajes al concepto de saranagati, intentaré a continuación explayarme sobre la base de esta frase aquí compartida/revelada…
En la medida en que progresamos en nuestro cultivo devocional, comenzamos a percibir nuestra vida y práctica de manera menos genérica y más y más detallada, de la misma forma en que si contemplamos a distancia un bosque solo veremos “bosque”, pero si nos adentramos en él comenzaremos a captar un sinfín de elementos, especies y detalles, hasta el punto de que la noción misma de “bosque” supo desaparecer por completo. Así, nuestro perfeccionamiento en la plataforma del bhakti tendrá mucho que ver con sabernos familiarizar minuciosamente con los infinitos pormenores que constituyen nuestra teoría, disciplina y meta última como Gaudiya Vaisnavas. Todo ello es un arte que deberá ser debidamente aprendido, asimilado y en última instancia revelado bajo la guía (y por la gracia) de Sri Guru y Vaisnavas.
De esta forma, una y otra vez se nos advierte el no precipitarnos de forma barata hacia la meta última, sin primeramente estar debidamente informados (y formados) para asimilar todo lo que allí se encuentra. En otras palabras, el sahajiyismo o facilismo devocional tendrá que ver en gran parte con abrazar de forma aún genérica la meta última, sin haber atravesado los necesarios detalles que realmente garanticen nuestro acercamiento a semejante plano. Y siendo que el Gaudiya Vedanta ofrece un prayojana sumamente atractivo y cautivante en la forma de vraja-rasa, es natural que como almas condicionadas nos veamos rápidamente tentados a arrojarnos a dicha tierra sin demasiadas consideraciones previas. Pero como imaginarán, semejante salto tendrá su precio y consecuencias.
Querer acceder perpetuamente a Vrindavana Dhama y servir allí a Sri Sri Radha-Krishna en el humor de los vrajavasis representa de por sí el más noble y glorioso ideal que nuestra atómica y diminuta alma podría concebir y recibir. Pero únicamente llegaremos a tal realización habiendo elegido voluntariamente ir allí. Y elegir ello con nuestra propia libertad y albedrío implicará ante todo concientizarnos de qué es lo que allí existe, y por ende qué es lo que podremos elegir en relación a dicha esfera. Pues si no estamos ante todo enterados de lo que allí ocurre (en detalle), ¿de qué servirá nuestra elección, si la misma es en base a algo que estaremos desconociendo? De esta manera, la entrada real al mundo espiritual exige que estemos primeramente conscientes de los acontecimientos de dicho plano, y sobre la base de dicho conocimiento, expresar nuestra intención y voluntad en una dirección específica, de esta forma dando pleno propósito a cada una de nuestras elecciones.
Ahora bien, al decir que “debemos enterarnos en detalle de lo que allí ocurre” no necesariamente me estoy refiriendo (sobre todo en relación a las primeras etapas del sadhana) a que tengamos que embebernos excesivamente en detalles técnicos, nombres o demás información concerniente a la dinámica diaria del vraja-lila y sus habitantes. No. En este caso deseo principalmente enfatizar un elemento que quizás puedan sonar relativamente básico para algunos, pero que no por ello deja de estar representando la base misma de semejante mundo: rendición. Si el lila de Bhagavan podría ser comparado a la más encantadora pieza teatral en donde la perfección de cada emoción es exhibida en su máximo exponente, podríamos también entonces decir que la base sobre la que dicha obra está siendo ejecutada (su escenario) es saranagati, o rendición. E incluso me permito ir por un momento más allá de ello, extendiendo la idea hasta los cimientos mismos de semejante teatro, los cuales estarán constituidos de siddhanta, o aquellas apropiadas y definitivas conclusiones relacionadas a la Verdad Absoluta.
A este respecto deberemos entonces decir que cada una de las extraordinarias implicancias que encontramos en el vraja-lila se encuentran claramente exhibidas en el gaura-lila, y de allí la suprema importancia de este último: en el gaura-lila encontraremos explícitamente aquello que se haya presente de forma implícita en el vraja-lila. En otras palabras, el disfrute, amor y placer aparentemente ordinarios de Vraja podrán ser apreciados más clara y profundamente mediante el lente de Sriman Mahaprabhu y sus asociados, quienes a través de su conducta e interacciones nos brindarán, a nosotros sadhakas, la forma apropiada de medir y concebir la conducta de los vrajavasis, supremamente esotérica y difícil de apreciar en su totalidad.
Srila B. R. Sridhara Deva Gosvami hablaría de que antes de apana (tener realizaciones) y prapanna (distribuir nuestra realización) tendremos que atravesar sravana, vara y sadhana: aprender/oir, aceptar y llevar a la práctica. Si primeramente no somos educados acerca de qué es qué (tanto “aquí” como “allá”), no lograremos movernos con claridad en nuestro mundo interno: nuestro abhideya será efectivo en la medida en que un apropiado sambandha esté allí presente. Por lo que primero debemos estar dispuestos a tomarnos todo el tiempo que sea necesario, para enterarnos y concientizarnos acerca de cada uno de los componentes que hacen a nuestra meta final, y luego voluntariamente escoger cada uno de ellos (con todo el alto precio que saranagati implica) y únicamente sobre dicha base conducir nuestro sadhana, rumbo a la meta última.
A la hora de tocar este y otros temas, Srila Jiva Gosvami invoca el término kramena (“paso a paso”), con ello implicando que para pasar a una siguiente etapa dentro del bhakti, primeramente debemos “cerrar cuentas” con la etapa previa, habiendo asimilado y atravesado todo lo que dicha etapa representa, para desde allí, firmemente establecidos, dar el salto cuántico hacia el siguiente peldaño devocional. Si semejante realización no estase allí presente, nuestro intento de pasar a la siguiente etapa será con suerte algo frágil y peligroso, o peor aún, irreal e imaginado…¡qué decir entonces de intentar abrazar el prema-prayojana sin un debido conocimiento de cada uno de sus ingredientes (de forma tanto explícita como implícita)!
En conclusión, la rendición representa un ejercicio voluntario, en donde a cada paso escogemos por nuestra propia cuenta, y de manera plenamente consciente, la dirección que anhelamos tomar hacia el objetivo final, descubriendo la expresión tanto externa como interna, directa como indirecta, explícita como implícita, de cada uno de los movimientos del plano superior, familiarizándonos debidamente con todo ello en un espíritu de seva, y proyectando nuestra identidad y vida hacia dichos rumbos, orando con plena humildad por ser agraciados con el más leve contacto de la gracia de nuestro guru-varga, el cual posee el potencial de concedernos la más elevada fortuna, en el más sorprendentemente breve periodo de tiempo. Hacia allí vamos, si es que aún no lo sabían…