Estos últimos meses he tenido la fortuna de poder estudiar el undécimo volúmen del Bhagavata, el cual se centra considerablemente en las instrucciones de Sri Krishna a Uddhava, sección también conocida como el Uddhava-gita. Cuando casi dos décadas atrás tuve la oportunidad de leer esta sección por vez primera, me fascinó por completo, especialmente por su similitud con el Bhagavad-gita y a su vez por el lenguaje intelectual único con el que Sri Hari se dirige a su consejero personal en Dvaraka. Aunque con el paso del tiempo confieso que mi predilección se ha modificado notoriamente, aún así no dejo de sentirme agraciado por el contacto con semejante contenido, en este caso especialmente a través de los incomparable comentarios de Sri Visvanatha Cakravartipada. Hoy deseo entonces compartir uno de los versos de esta sección, basándome a su vez en algunas de las palabras de Sri Cakravarti Thakura:
यदृच्छया मत्कथादौ जातश्रद्धस्तु य: पुमान् ।
न निर्विण्णो नातिसक्तो भक्तियोगोऽस्य सिद्धिद: ॥ ८ ॥
“Si de una forma u otra y por buena fortuna uno desarrolla fe en escuchar y cantar mis glorias, tal persona, no estando ni muy disgustada ni muy apegada a la vida material, alcanzará la perfección a través del camino de la devoción amorosa a mí” (11.20.8)
“Ni muy desapegado, ni muy apegado”. Este sí que será un concepto fundamental a la hora de abordar el mensaje del Bhagavata y la doctrina del krishna-bhakti en su totalidad: el adhikara (elegibilidad) para uno poder ocuparse en la vida devocional será entonces no poseer ni demasiada atracción, ni demasiado rechazo hacia los objetos de los sentidos, pues tanto un extremo como el otro nos descalificará automáticamente para el bhakti, el sendero medio. En tales casos serán otros los senderos que nos esperarán, en la forma de karma y/o jñana. A este respecto, Thakura Visvanatha comenta:
“Esta persona (indicada en este verso) no está demasiado apegada al cuerpo, el hogar y la familia. Tampoco está disgustada con el mundo, porque esa será la calificación para jñana. El encontrarse demasiado apegado al cuerpo y el hogar califica a una persona para karma-yoga. Si él no tiene ese apego, está entonces calificada para bhakti. Se debe considerar la calificación para los tres procesos. La causa del rechazo y/o desapego para con el mundo proviene de la purificación del antah-karana causada por el niskama-karma. La causa del apego excesivo proviene de anadi-avidya, la ignorancia sin comienzo. La causa para estar desprovisto de un apego excesivo es la asociación inesperada con grandes devotos. Estas causas deben ser consideradas”.
Además del ya de por sí interesante concepto de que un devoto acepta disfrute en el marco de su rendición a Krishna (anukulyasya sankalpa) y cultiva un sentido del desapego únicamente en ese mismo contexto (pratikulyasya varjanam), en este verso encontramos a su vez un atrapante término, el cual define la causa que le permite a un devoto verse inclinado hacia el sendero medio, sin samskaras extremos de ningún tipo: yadrichhaya. Este término se traduce generalmente como “repentinamente”, “por sí mismo”, “por su propio deseo”, “por casualidad”, etc., y el mismo aparece más de 20 veces en el Bhagavata. En la mayoría de los casos, yadricchaya es utilizado para indicar cómo el bhakti llega a la vida de uno: no por nuestro propio arreglo sino por un designio superior. En algunos otros casos, yadricchaya en el Bhagavata para indicar la súbita aparición de un sadhu en escena (lo cual es otra forma de hablar de cómo el bhakti aparece en nuestras vidas), tal como el siguiente y famoso sloka:
तत्राभवद्भगवान् व्यासपुत्रो
यदृच्छया गामटमानोऽनपेक्ष: ।
अलक्ष्यलिङ्गो निजलाभतुष्टो
वृतश्च बालैरवधूतवेष: ॥ २५ ॥
”En ese momento apareció allí el poderoso hijo de Vyāsadeva, que viajaba por la tierra desinteresado del mundo y satisfecho en sí mismo. Él no manifestó ningún síntoma de pertenencia a ningún orden social o estado de la vida. Estaba rodeado de mujeres y niños, y se vestía como si otros lo hubieran descuidado.” (1.19.25)
En este marco, el emperador del mundo entero, Pariksit Maharaja, se hallaba en crisis existencial a orillas del Ganga a días de abandonar este mundo, anhelando poder capturar la esencia de todo dharma de labios de un ser plenamente iluminado. Súbitamente (yadricchaya) Sukadeva Goswami apareció en escena y junto él la narrativa del Bhagavata, la cual se desplegó por completo ante los oídos de Raja Pariksit. Que Sukadeva haya aparecido de la nada será otra forma de describir el cómo la gracia divina es administrada en este plano: por la propia voluntad de los agentes representantes del kripa-sakti, la potencia dadora de misericordia de Bhagavan. Empleando el mejor de los criterios posibles a la hora de agraciar a cada alma, estos divinos agentes se verán motivados a intentar bendecir la vida de cada jiva, teniendo en cuenta sus capacidades y disposición presente, y desde allí intentando llevarlos aún más allá.
Así, pese a que otra forma de traducir yadricchaya será “misericordia sin causa”, debemos comprender que dicha gracia es sin causa de nuestra parte, pues no hemos hecho (ni podremos hacer) nada para merecer semejante regalo, pero sí existe una causa detrás de aquellos que administran y distribuyen la gema devocional por doquier. Existe una causa en quien la da, pero no en quien la recibe. El meditar profundamente en estas verdades debe colmar nuestro ser de un intenso sentido de gratitud y entrega, obsesionándonos sanamente acerca de cómo reciprocar ante semejante obsequio.
Tal como el Gita (9.2) lo menciona, transitar el sendero devocional es algo simple y alegre. Ello se declara al comparar el bhakti con senderos más arduos (e inferiores) como karma y jñana, así como también al indicarse la naturaleza de su llegada a nuestras vidas: no mediante un esfuerzo propio, sino por la gracia incondicional de un sadhu. Ahora bien, a partir de ello sí seremos llamados a un esfuerzo consciente y a una entrega sistemática, todo ello de la mano de yadricchaya, este divino principio que deja en claro una y otra vez cómo el bhakti es el proceso supremo, al mostrársenos cómo no será posible adquirirlo por más que hagamos de nuestra parte todo lo que deseemos: sin la extensión de la gracia divina no habrá esperanzas de transitar el sendero devocional.
Y mediante el abrazo de yadricchaya, seremos entonces capaces de ocuparnos balanceadamente en la devoción, habiendo desarrollado fe en hari-katha y hari-kirtana por la inesperada compañía de los mahatmas, siendo por ellos instruidos en cómo vincularnos con todo a nuestro alrededor: sin un excesivo rechazo ni tampoco un excesivo apego, sino más bien desarrollando un excesivo apego hacia todo lo que sea favorable al bhakti, y un excesivo rechazo hacia todo aquello que atente contra el desarrollo de la devoción en nuestra vida. Y aunque estas dos últimas pautas sí parezcan resultar extremas, las mismas se aplican en relación al bhakti en sí mismo y no a este mundo, en relación al cual sí debemos mantenernos equilibradamente conectados y desconectados al mismo tiempo o, mejor dicho aún, debidamente ligándolo todo al principio último de la devoción inmaculada.
Muy hermoso este blog al igual que el anterior en conexión entonces ¿sería yadricchaya un medio secreto inesperado espontáneo por el cual actúa Nirguna sradhha desde Bhakti devi? Gracias, muchas gracias a ustedes los sadhus por profundizar develando y llevarnos cada vez más al real saranagati. Jaay! =)
Jay Maharaj. Me gusta el viraje final cambiando el no excesivo apego y el no excesivo rechazo, por un excesivo apego a lo que direccione hacia bhakti y un excesivo rechazo a lo que no direccione hacia bhakti. Sería interesante que en otra contemplación ahondara en este último. Si ya lo ha hecho, por favor remítame a ello. 🙏