La muerte debe ser perfeccionada hasta sus últimas consecuencias. La muerte ha de ser vivida como la más plena experiencia que indique el éxito definitivo en nuestras vidas. El propósito de la vida es atravesar la más perfecta de las muertes. Hoy celebramos uno de tales casos.
Entre otros acontecimientos, el día de la fecha se recuerda y celebra la divina desaparición de Sri Haridasa Thakura, uno de los más destacados agentes de Sri Krishna Caitanya. Thakura Haridasa no es ni más ni menos que Sri Brahma mismo, apareciendo en el marco de un nuevo lila con el deseo de actualizar su perfección última, esta vez naciendo como alguien fuera de casta pero a su vez encarnando la personificación misma del canto de Sri Nama: namacarya.
A través de toda una vida del más consagrado ejemplo al servicio del Nombre de Dios, llegó finalmente el momento en el que Haridasa, entrado ya en años, hubo de partir de este plano. Dicha instancia fue tan conmovedora e histórica que todos los años no solo se celebra su partida, sino la forma en que su partida fue llevada a cabo, la cual, de más está decir, correspondió a la perfección con la manera en la que él se había conducido en vida. En otras palabras, y tal como el Gita 8.6 lo declara, de acuerdo a cómo vivamos nuestra vida, de esa misma forma viviremos nuestra muerte. Y de acuerdo a cómo vivamos nuestra muerte, dicho estado de consciencia corresponderá con un nuevo nacimiento a futuro.
En el caso de Haridasa, su vida se vio marcada por continuas lágrimas, sus más fieles acompañantes al momento de él invocar las sílabas sagradas “krish-na”, siendo imposible para su persona contener el estallido de emociones que tal sonido provocaba. Con una profunda humildad acompañando su canto, él no solo se limitó a invocar Sri Nama 300.000 veces diarias, sino que al mismo tiempo diseminó el conocimiento de sus glorias, especialmente mediante una conducta personal intachable. Todo ello comienza a darnos más que un indicio de cómo debemos aspirar a llevar adelante nuestras vidas, si es que deseamos la perfección de la muerte.
Días previos a su partida Haridasa había dado ciertos síntomas de enfermedad y deseo de salir de este plano, y durante el día oficial de su desaparición, él realizó esto de la más gloriosa forma posible: teniendo a Sri Caitanyadeva delante de él, bebiendo así la belleza de su forma divina con sus ojos, rodeado por el apasionado kirtana de los eternos asociados de Gaura, y aun más lágrimas estaban por venir…
Con cuatro bocas y más, Gaura cantó extáticamente las cualidades de Sri Haridasa apenas él se despidió de este plano, narrando sus pasatiempos previos e invitando a todos los presentes a apreciar en la mayor profundidad posible la gloria representada en alguien que ha vivido su vida ejemplarmente. La partida de Haridasa es en este sentido comparada a la del legendario abuelo Bhisma, quien también desapareció de esta forma estando perfectamente consciente, instruyendo a todos a su alrededor mientras yacía en una cama de flechas. De esta forma, Thakura Haridasa partió de este mundo para ya nunca más regresar a él, su desaparición aquí hablándonos de su aparición en alguna otra parte.
Mientras tanto, Sriman Mahaprabhu realizó con sus propias manos los diferentes ritos de partida de Haridasa: bañar su cuerpo en el océano y establecer el mismo como un sitio sagrado a partir de allí, cavar la fosa en donde el samadhi (tumba) de Haridasa sería establecido, mendigar prasada de los lugareños a fines de organizar un importante festival en conmemoración de esta partida única e inolvidable. De más está decir, todo ello acompañado en todo momento de un frenético canto congregacional que parecía envolver y atravesar a la creación toda.
¿Cuál es el mensaje que Sri Caitanya deseó darnos al él mismo llevar a cabo estas diversas funciones?: Alguien que aboca su tiempo y energía a lo divino, verá espiritualizada su misma existencia, no solo su fuero interno sino incluso su cuerpo psíquico e incluso físico, hasta el punto en que ello se vuelve venerable para Dios mismo, quien con sus propias manos toma dicho cuerpo, lo baña, entierra y celebra incansablemente. Así de glorioso es el hecho de aprender a morir: Dios mismo dirigirá dicha celebración, siendo que la misma corrobora que tal persona ha entendido y satisfecho el propósito último de la vida, todo lo cual se verá confirmado de forma innegable en el momento de la muerte.
Y para que la muerte nos transporte a la vida eterna, debemos en vida aprender a morir a todo aquello que no nos permitirá dicha entrada a la trascendencia. En verdad, la más desafiante de las muertes es acabar con nuestro sentido de existencia separada, con nuestra obsesión auto-referencial, en donde todo es visto con nosotros como su centro, controlador y disfrutador último, primero e intermedio. El gradualmente diluir semejante situación de delirio para el alma consitutye en verdad el oficio de toda entidad viviente, especialmente aquellos dotados de una forma de vida humana, la cual como vehículo está principalmente concebida para alcanzar las más excelsas alturas de la realización espiritual. Thakura Haridasa es entonces uno de los tantos emblemas de la perfección de la muerte, de saber a qué realmente tenemos que morir, para únicamente así poder vivir a lo que corresponde.
La perfección de la muerte será entonces otra manera de hablar de la perfección de nuestra vida. Cada día que pasa debemos abocar nuestro tiempo presente a aquel punto en el tiempo en donde desembocarán todas nuestras acciones de esta presente encarnación, determinando un nuevo giro en nuestro futuro, el cual idealmente deberá apuntar cada vez más de cerca hacia la meta última de todos nuestros esfuerzos: una eterna vida bienaventurada, en donde gloriosos seres tales como Haridasa Thakura nos estarán esperando, siempre dispuestos a hacer un poco más de lugar en su incansable y perpetuo kirtana.
Oh Mahaprabhu tanta es tu misericordia extática que con tus propias manos te encargaste de hacer los enseres necesarios para glorificar a tu devoto consagrado. Gracias Haridas Thakur por darnos esos motivos para saber morir. Muy agradecida por su compartir Svami Bhakti Pranaya Padmanabha… Jaay hoy y siempre a esos saragrahis del Señor que tanto nos inspiran! =)